Hace unos días recibí una llamada de Maite Esteve, se trata de una de las personas responsables del Forum IMPULSA. Me pedía que escribiese en 250 palabras acerca de lo que significaba para mí emprender, “Jorge, nos gustaría que pudieses transmitir a otras personas lo que te ha llevado a crear tu empresa y los porqués”. Durante días dije… “mañana sin falta, me pongo a escribirlo”, pero “mañana”, siempre estaba demasiado ocupado.

Casi quince días más tarde decidí que el momento ya había llegado, abrí un documento en blanco y empecé a escribir: “La magia de emprender”, era uno de los títulos que había hablado con Maite, tenía gancho era claro y directo, ya sólo faltaban 246 palabras, ya estaba un poco más cerca.
Para mí emprender es un impulso incontrolable, al igual que de pequeño un cubo una pala me llevaban a realizar un agujero en la playa, emprender es algo que no puedo evitar.
Desde que he sido niño siempre me ha gustado poner solución a los problemas siempre me he considerado un “solucionador” o mejor dicho un “buscador de soluciones”, pues no siempre las encontraba. De eso se trata, ver cosas que no están del todo bien … e intentar arreglarlas.
IKEA, el gigante sueco, tiene como premisa que todos los nuevos empleados sea cual sea el puesto de trabajo, deben estar un mes en la tienda, para comprender la realidad. El emprendimiento es algo similar, se trata de una fase vital en el desarrollo intelectual, social y emocional de las personas. Intentar desarrollar nuestras ideas y llevarlas a cabo nos ayuda a valorar más el éxito de los que nos rodean y a apoyar a los que aun no lo han hecho.
Como dice Maquiavelo en una de sus citas más famosas “más vale hacer y arrepentirse, que no hacer y arrepentirse”.
En mi caso la decisión de emprender no fue fácil. Estudié en la universidad Ingeniería, mientras estaba en cuarto de carrera comencé a trabajar como becario de investigación. Al acabar quinto salieron unas plazas como gestor de proyectos de la universidad, me presenté… y allí estaba, de lunes a viernes en mi despacho y los fines de semana haciendo diversos espectáculos. Por aquel entonces, se convocaron oposiciones a secundaria y también probé. Tuve mucha suerte y al curso siguiente estaban dando clase a 5 minutos de mi casa, ¿se podía pedir más?
El volumen de trabajo como conferenciante e ilusionista, aumentaba día a día y tomé una decisión, ¿seguir haciendo lo que los demás esperan de mí o hacer lo que me hacía (y me hace) más feliz? No fue fácil ni sencillo y mucho menos claro. Tardé tres años en tomar esta decisión mientras seguía dando clase, pero la gente que me importaba me apoyó y a día de hoy no puedo sentirme más contento de haberla tomado.
No todo ha sido perfecto, y por supuesto a habido momentos difíciles, pero soy de la opinión de que si el tren para en tu puerta… tienes que cogerlo.
Hoy en día, tengo el placer de vivir de los sueños de los demás… y del mío. Mi pregunta es: ¿cuál es el tuyo?